"Nuestro deseo de saber es nuestra arma para sobrevivir"

Carl Sagan

jueves, 12 de abril de 2012

Al Despertar

Al despertar, los monstruos grabados en mis pies, nuestros ojos vacíos fundidos en la claridad del día. En esta jaula de funerales, velan mis días y reposan en mis noches.

Lejos quedan las sombras multicolores y los abismos insondables de mi imaginación siempre soñando con ser libre, con adecuadas respuestas a cada una de las adecuadas preguntas.

Al despertar, inicio las rutinas con las que combato desde que tengo usos y razones, en una inútil guerrilla contra la insaciable ansia de la desaprensiva entropía.

Al despertar, demasiado despierto, seguir soñando es mi mayor prueba de vida. Testarudo planifico el futuro porvenir sobre un tablero que me muestra escenarios que nunca existirán, en un presente ilusorio e inconstante y desde un pasado lleno de torcidos renglones de mentiras.

Al despertar, el grávido cadáver del mundo cae sobre mis hombros, las aves carroñeras e insaciables picotean mis entrañas mientras llueven frutas malolientes y podridas.

Al despertar, comienza la muerte, el crujir de los indiferentes engranajes, los susurros y murmullos, millones de voces en idiomas ininteligibles y, mi inesperado deseo de aullar por la tibia luz de una luna generosa o incluso por un cálido relámpago del humilde sol, resurge, cubriendo con sus invisibles palabras las bóvedas intangibles que unen los pilares sobre nuestras cabezas.

Al despertar, la novedad de lo viejo me hace dudar…y apenas estoy en ello, recuerdo… que no hay un lugar sino un solo y porfiado tiempo donde regresar…

Así que, al despertar…comienza un nuevo día.

lunes, 2 de abril de 2012

Metarealidad Kormeliana

Nos siento en mis recuerdos.

Nos construyo en mis pensamientos.

Tú y yo somos uno.

Y sin embargo, nunca estás en mis sueños.”

El Mirante.

Era objeto de discusión frecuente en los jardines y mentideros de la sagrada colina de Kor, llegándose en más de una ocasión a duros y enérgicos enfrentamientos, llenos de gritos y aspavientos, todo en acuerdo a los acendrados usos y costumbres del excelso arte de la guerra…dialéctica, claro. Aquí en la tierra, lo denomino transmetafísica, la ciencia de la realidad; para intelectuales ontología o estudio del ser; para nostálgicos, metafísica; para físicos, simplemente física. Engloba un variado campo de indagaciones sobre todo o el todo según algunos e incluso, paradójicamente, sobre la nada. En esencia, incluye todo intento de responder a preguntas del tipo más holístico imaginable.

Bien, sería demasiado largo de contar la evolución e historia de este debate allí en Kormelia e incluso sería demasiado largo de contar, la más breve historia del asunto aquí en la tierra. Por ello, me ceñiré a exponer la más aceptada de las corrientes transmetafísicas kormelianas. Para quien quiera una síntesis reducida de la misma remito a la cita inicial de esta entrada que recoge, al menos, su esencia.


Los kormelianos, en este asunto, partimos de ciertos principios básicos:

  1. La realidad es real.
  2. Lo real es lo que existe.
  3. Lo que existe es aquello que puede ser percibido o dicho de otro modo más clarificador, forma parte de un sistema de intercambio de información.

De estos “simples” principios deducimos que el todo no es sino la suma de toda la información posible. Lo cual, entre otras cosas, nos índica que la nada está incluida en el todo (pues su esencia es la falta de información lo que es en sí misma, una información) y por tanto no ha lugar a debates sobre limites globales. Sin embargo, han sido los limites el campo de batalla principal en la ciencia transmetafisica y de hecho, al menos aquí en la tierra, siguen siendo el centro de todas las controversias. En Kormelia hace tiempo que se superó este escollo, reconociendo que los limites, en cualquiera de sus formas: geométricos, matemáticos, físicos son contenedores conformadores de información. Son las piezas básicas de los diversos sistemas referenciales que conforman la realidad. Imaginemos un ejemplo para entender dicha cuestión. Tomemos una carta entre dos amantes y pensemos cuanta información hay en ella: tenemos la carta en su conjunto, palabras, letras, espacios en blanco, tinta, papel, olor, elementos químicos, energía pero también sentimientos, secretos, verdades…mentiras, etc. No obstante hay entorno a esta cuestión un tema espinoso que ni siquiera los kormelianos fuimos capaces de responder nunca ¿existe un limite al numero de limites definibles? Si amigos, la terrible cuestión…¿Qué es el infinito?¿Existe? Un viejo maestro me dijo, justo antes de que le echará a patadas de mi casa ¿acaso importa? Otro susurró, es Dios y compadecido, le invite a marcharse. Y un último, me dijo que quizás era la expresión matemática del concepto de la nada… hoy somos íntimos amigos. Si, quizás sea el reverso tenebroso del humilde cero. Eso cuadraría el círculo, la nada dentro del todo. El verdadero vacío dentro del espacio. El ilimitado limite de los limites. El secreto de la creación si es que este existe.

En la próxima ocasión, descenderemos de la transmetafísica a la física donde las ideas aquí recogidas se conforman en contenedores algo más familiares para los terrícolas. Dejaremos atrás la posible infinitud de la realidad, para compartir con vosotros las dos principales hipótesis kormelianas sobre este inmenso contenedor de información que llamamos cosmos.