"Nuestro deseo de saber es nuestra arma para sobrevivir"

Carl Sagan

lunes, 25 de junio de 2012

Teoría del Uno o del Continuo.




“No ves a tu presa.
No tensas tu arco.
No disparas tu flecha.
No atraviesas su corazón.

Eres tu presa.
Eres tu arco.
Eres tu flecha.
Atraviesas tu corazón.”

El cazador cazado.




A continuación, vamos a profundizar en las diversas teorías kormelianas sobre la naturaleza de la realidad, descriptivamente hablando, así como en la ley física principal que las rige. Empezamos por la Teoría del Uno o del Continuo, al igual que las demás parte de la base expuesta en la entrada anterior la cual establece que la realidad es el conjunto de toda la información del universo. Sin embargo,  lo propio de esta teoría es que dicha información es de naturaleza continua, por tanto infinita, de lo que como se verá se deduce es inmutable y atemporal. Efectivamente, si imaginamos una realidad continua la consecuencia más evidente es que no tiene sentido hablar de limites, no solo espacio temporales sino de ningún otro tipo incluyendo los de tipo conceptual. En la física actual, esta realidad continua se asemejaría, aunque como veremos va más allá,  a la concepción de la naturaleza y sus fenómenos en función de campos y ondas en lugar de partículas.  Todo lo existente (toda la información) formaría una inextricable red de datos que constituiría el todo. Este todo tendría, en su conjunto, una única y  fundamental propiedad, la entropía total del mismo sería nula. Es decir es un sistema absolutamente ordenado. Parafraseando a Parmenides conformaría una esfera homogénea, inmutable y atemporal pues no tendría, limites, ni partes.
La esfera representación de la realidad como conjunto de trayectorias sin principio ni fin, homogénea y de forma auto contenida. Parmenides, al igual que los defensores kormelianos de la Teoría del Uno, no pensaba en ella como un volumen sino como un cuerpo geométrico con las citadas características.


En una realidad así no tendrían sentido la mayoría de los conceptos humanos. De hecho, lo único que podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, sería la famosa sentencia que establece: la realidad es. Según este punto  de vista todo lo que vemos, todo lo que sabemos, todo lo que pensamos no es sino una fragmentación ilusoria de la realidad. Y sin embargo, dicha ilusión es obviamente real pues es información y toda la información posible, por definición es real. Todo lo anterior, en la práctica, significaría que la realidad podría describirse como la posibilidad de ser o en palabras de Platón, la idea del ser. Veamos un ejemplo “sencillo” para tratar de esclarecer esos conceptos. Fijémonos en un tipo de números concretos, los números enteros. Éstos forman una sucesión infinita, podemos visualizarlos como una línea que no empieza ni acaba. Vamos a obviar que en matemáticas existen “huecos” entre los números enteros, suponemos que no existen otra clase de números. Por tanto, hay continuidad entre ellos. Para poder imaginar o aprehender este conjunto de números podemos usar expresiones abstractas que  definen sus características o visualizar la citada recta infinita como nos enseñaban en la escuela.  Sin embargo como seres conscientes, de cierta inteligencia, podemos asignar, concretar una existencia independiente a cada uno de los números. Para ello llevamos a cabo una fragmentación de dicha línea (o asignamos unos valores concretos a la expresión abstracta que los define) conformando una nueva realidad posible a partir del continuo expresado por la línea.
Si tomamos esta recta considerándola continua, sin huecos o particiones es obvio que los números enteros no podrían dibujarse sobre la misma. Solo en nuestra mente seguíria teniendo sentido. Así la recta es la realidad total, la partición y los propios números solo  partes de la misma.
Ahora bien, si en lugar de números disponemos de toda la información del universo, asumiendo que esta es infinita, deducimos que en un universo continuo todo la información derivada de una fragmentación del total infinito es real y lo es, en todo momento.Es obvio que eso implica la inmutabilidad de la realidad en su conjunto y por ende, su atemporalidad. La aparente diversidad de la misma derivaría de la inventiva de la consciencia que ilusoriamente fragmentaría la totalidad “creando”, de ese modo,  una o varias subrealidades cuya mayor  o menor coherencia entre sí obedecería  a nuestras necesidades como especie o incluso como individuo. Toda la física derivada de dicha fragmentación sería a su vez real en el ámbito limitado de dicha fragmentación pero ilusoria en el conjunto total por muy convincente que nos pareciera. Podemos definir campos, funciones de onda y diversas magnitudes, tantas como seamos capaces de imaginar y dichos constructos mentales son reales pues recogen una información, captan algo de la realidad pero en el conjunto de la misma dejan de tener sentido. De ese modo y paradójicamente, del absoluto orden surge el desorden, del infinito surge lo finito, de lo inmutable el cambio y de lo atemporal el tiempo. Así, volviendo a los números, esta claro que podemos contar, sumar  y demás con ellos pero en la realidad global, lo que tiene sentido es la línea, no los números,  ni las operaciones que podamos hacer con ellos. Por otro lado, en una realidad continua, no es que todo esté relacionado con todo por misteriosos lazos cósmicos o influencias de campo sino que todo es una misma cosa, un único sistema “regido” en sus partes por la, desde nuestro punto de vista, omnipresente ley del caos. Nosotros entendemos está ley del caos como una cadena, extremadamente compleja, de relaciones causales pero lo cierto es que la realidad, en su conjunto, es ajena a causas, efectos y leyes ya que como hemos dicho es homogénea e inmutable y lo es porque es una única cosa sin limites ni discontinuidades.
La mariposas del caos contemplándose a sí misma.
Las alas de la mariposa no provocan el huracán, son el huracán y éste son las alas de la mariposa. Para terminar y como cuestión aparte, podríamos preguntarnos si esa realidad inmutable e infinita es, en última instancia, incompresible e inaprensible para sí misma, esto parece lo más lógico pues es imposible imaginar alguna forma de conciencia (tal como la entendemos) sin un referente de lo externo o ajeno o por el contrario, como señalan muchas corrientes religiosas, es en verdad omnisciente y omnipresente. El debate resultante de estas dos visiones,  aunque seductor, sigue siendo a día de hoy, como lo fue en Kormelia, una pura cuestión de fe.
La suma de todas las perspectivas ilusorias de la realidad, toda la información posible cuando esta se considera infinita ¿constituría la realidad total?

viernes, 1 de junio de 2012

Almas Perdidas en el Laberinto Cósmico. Tres modelos teóricos de universo según la Antigua Ciencia Kormerliana. Introducción.


“Identificarse con alguna de la teorías fundamentales que tratan de explicar y hacer comprensible la realidad es definirse a uno mismo en lo más esencial, configurando en el proceso, las sendas del intrincado laberinto cósmico en el que todos y cada uno de nosotros vagamos, como almas perdidas entre la duda y la certidumbre, la unidad del continuo y la dualidad del discontinuo, la infinitud de la imaginación y la finitud de las matemáticas, la inmutabilidad del ser y siempre cambiante existir, la eternidad de lo atemporal y lo fugaz del tiempo”
                                                                                                                                              Un exiliado.


A petición de mi compañero exiliado Asmodeus, recojo su testigo filosófico para hablar de la realidad desde un punto de vista más tangible aunque a primera lectura, pueda no parecerlo. Considerando la realidad igual a la suma de toda la información del universo ¿cómo es su verdadera naturaleza, descriptivamente hablando? ¿cuáles son sus principios o fundamentos, físicamente hablando? En Kormelia se barajaban varias posibilidades teóricas, agrupadas en dos grandes corrientes filosófico – científicas. En esta y las próximas dos entradas, trataré de exponerlas de un modo claro y conciso.

¿Es el infinto una caracteristica básica de la realidad?
¿Es la realidad infinita o finita? ¿mutable o inmutable? ¿atemporal o temporal? Es decir ¿la información puede crearse, destruirse, transformarse? ¡Qué preguntas más simples! ¡Qué respuestas más complejas! El sentido común, como expresión del conocimiento adquirido por la experiencia colectiva no tiene dudas al respecto, evidentemente, la realidad es finita, mutable y temporal. Todas las cosas a nuestro alrededor, aún nosotros mismos, se transforman continuamente desde un principio a un final pero ¿qué ocurre si en lugar de pensar en cosas (materia, energía en forma discreta) variamos nuestra perspectiva y tratamos de responder a la pregunta de un modo holístico (toda la materia, toda la energía)? En ese caso, la respuesta ya no es evidente, de hecho, no puede serlo, pues dicha perspectiva está más allá de nuestra experiencia tanto individual como colectiva. Surgen entonces las divergencias de opinión en forma de las distintas creencias ideológicas y religiosas.  La ciencia no es ajena a estas divergencias, no puede serlo aunque les pese a algunos, ya que es también una actividad humana, por tanto, limitada. Así, simplificando,  tenemos “leyes o principios” para tratar con “las cosas” y diversas teorías para tratar con las  creencias. Las citadas “leyes o principios” como la famosa Ley de la Conservación de la Energía, por citar la más relevante, coinciden en sus conclusiones con las de sentido común fruto de nuestra experiencia cotidiana. Por el contrario, teorías como la mecánica cuántica o la relatividad arrojan conclusiones mucho menos coincidentes con aquellas, de hecho, según algunas interpretaciones de las mismas, pueden alcanzarse conclusiones muy distintas. En Kormelia, si bien no se llegó a resolver el enigma al que nos enfrentamos,  éste se elevo a un nuevo y más elevado nivel especulativo. En principio, considerando la realidad en su esencia, esto es como información, parecería no haber lugar a una diferenciación entre la perspectiva  y la escala,  holística y  concreta pero por desgracia, a día de hoy, no podemos afirmar que esto sea cierto. Efectivamente, si todo es información, el análisis de una parte debería ser extensible a la totalidad pero lo que la experiencia y la ciencia  nos demuestran es que el comportamiento y la descripción de las cosas, varía según la perspectiva y escala desde la que realicemos nuestros “experimentos”. No obstante, gracias a está mejor aproximación a la realidad, lo que si nos es posible es “simplificar” nuestras teorías sobre la misma, siendo las dichas teorías capaces de normalizar y describir ámbitos cada vez más globales. 
¿La realidad es continua o discontinua?

Así, en Kormelia, en la cúspide de su desarrollo, antes de la caída, existían tres corrientes o bases teóricas:

1.)    Teorías del Uno o del Continuo. Según éstas, existe una cantidad infinita de información, lo que llevaría aparejado una realidad de naturaleza continua regida por  la tradicional Teoría del Caos. Desde este punto de vista, la realidad sería infinita, inmutable y atemporal. 

2.)    Teorías de la Dualidad o del Discontinuo. Más confortables, humanamente hablando, establecerían lo contrario, una realidad discontinua bajo la  Teoría del Caos Verdadero (Teoría del Discontinuo Infinito) o de la Teoría del Caos (Teoría del Discontinuo Cíclico). Según estas concepciones teóricas, la  realidad sería finita, mutable y temporal.

3.)    Teorías de la Trialidad o del Multiverso. Éstas serían en verdad, una falsa tercera vía que combinarían, en cierta forma, las dos anteriores pero que realmente, deberían considerarse como una forma más compleja de la Teoría del Continuo. En ellas, se definirían unas subrealidades finitas (universos), mutables y temporales, dentro de una realidad infinita (multiverso), inmutable y atemporal.
 
¿Un universo coliflor es posible?
Quiero remarcar que ninguna de estas teorías ha sido probada, de hecho, ni siquiera podemos saber si podrán probarse alguna vez. No obstante, definen el desafío máximo al que puede enfrentarse la conciencia, de cierto nivel, asociada a la inteligencia humana. Con esto doy por terminada esta introducción, en las próximas entradas ahondaré en cada una de las tres  corrientes teóricas presentadas describiendo sus supuestos, fundamentos y conclusiones.

jueves, 12 de abril de 2012

Al Despertar

Al despertar, los monstruos grabados en mis pies, nuestros ojos vacíos fundidos en la claridad del día. En esta jaula de funerales, velan mis días y reposan en mis noches.

Lejos quedan las sombras multicolores y los abismos insondables de mi imaginación siempre soñando con ser libre, con adecuadas respuestas a cada una de las adecuadas preguntas.

Al despertar, inicio las rutinas con las que combato desde que tengo usos y razones, en una inútil guerrilla contra la insaciable ansia de la desaprensiva entropía.

Al despertar, demasiado despierto, seguir soñando es mi mayor prueba de vida. Testarudo planifico el futuro porvenir sobre un tablero que me muestra escenarios que nunca existirán, en un presente ilusorio e inconstante y desde un pasado lleno de torcidos renglones de mentiras.

Al despertar, el grávido cadáver del mundo cae sobre mis hombros, las aves carroñeras e insaciables picotean mis entrañas mientras llueven frutas malolientes y podridas.

Al despertar, comienza la muerte, el crujir de los indiferentes engranajes, los susurros y murmullos, millones de voces en idiomas ininteligibles y, mi inesperado deseo de aullar por la tibia luz de una luna generosa o incluso por un cálido relámpago del humilde sol, resurge, cubriendo con sus invisibles palabras las bóvedas intangibles que unen los pilares sobre nuestras cabezas.

Al despertar, la novedad de lo viejo me hace dudar…y apenas estoy en ello, recuerdo… que no hay un lugar sino un solo y porfiado tiempo donde regresar…

Así que, al despertar…comienza un nuevo día.

lunes, 2 de abril de 2012

Metarealidad Kormeliana

Nos siento en mis recuerdos.

Nos construyo en mis pensamientos.

Tú y yo somos uno.

Y sin embargo, nunca estás en mis sueños.”

El Mirante.

Era objeto de discusión frecuente en los jardines y mentideros de la sagrada colina de Kor, llegándose en más de una ocasión a duros y enérgicos enfrentamientos, llenos de gritos y aspavientos, todo en acuerdo a los acendrados usos y costumbres del excelso arte de la guerra…dialéctica, claro. Aquí en la tierra, lo denomino transmetafísica, la ciencia de la realidad; para intelectuales ontología o estudio del ser; para nostálgicos, metafísica; para físicos, simplemente física. Engloba un variado campo de indagaciones sobre todo o el todo según algunos e incluso, paradójicamente, sobre la nada. En esencia, incluye todo intento de responder a preguntas del tipo más holístico imaginable.

Bien, sería demasiado largo de contar la evolución e historia de este debate allí en Kormelia e incluso sería demasiado largo de contar, la más breve historia del asunto aquí en la tierra. Por ello, me ceñiré a exponer la más aceptada de las corrientes transmetafísicas kormelianas. Para quien quiera una síntesis reducida de la misma remito a la cita inicial de esta entrada que recoge, al menos, su esencia.


Los kormelianos, en este asunto, partimos de ciertos principios básicos:

  1. La realidad es real.
  2. Lo real es lo que existe.
  3. Lo que existe es aquello que puede ser percibido o dicho de otro modo más clarificador, forma parte de un sistema de intercambio de información.

De estos “simples” principios deducimos que el todo no es sino la suma de toda la información posible. Lo cual, entre otras cosas, nos índica que la nada está incluida en el todo (pues su esencia es la falta de información lo que es en sí misma, una información) y por tanto no ha lugar a debates sobre limites globales. Sin embargo, han sido los limites el campo de batalla principal en la ciencia transmetafisica y de hecho, al menos aquí en la tierra, siguen siendo el centro de todas las controversias. En Kormelia hace tiempo que se superó este escollo, reconociendo que los limites, en cualquiera de sus formas: geométricos, matemáticos, físicos son contenedores conformadores de información. Son las piezas básicas de los diversos sistemas referenciales que conforman la realidad. Imaginemos un ejemplo para entender dicha cuestión. Tomemos una carta entre dos amantes y pensemos cuanta información hay en ella: tenemos la carta en su conjunto, palabras, letras, espacios en blanco, tinta, papel, olor, elementos químicos, energía pero también sentimientos, secretos, verdades…mentiras, etc. No obstante hay entorno a esta cuestión un tema espinoso que ni siquiera los kormelianos fuimos capaces de responder nunca ¿existe un limite al numero de limites definibles? Si amigos, la terrible cuestión…¿Qué es el infinito?¿Existe? Un viejo maestro me dijo, justo antes de que le echará a patadas de mi casa ¿acaso importa? Otro susurró, es Dios y compadecido, le invite a marcharse. Y un último, me dijo que quizás era la expresión matemática del concepto de la nada… hoy somos íntimos amigos. Si, quizás sea el reverso tenebroso del humilde cero. Eso cuadraría el círculo, la nada dentro del todo. El verdadero vacío dentro del espacio. El ilimitado limite de los limites. El secreto de la creación si es que este existe.

En la próxima ocasión, descenderemos de la transmetafísica a la física donde las ideas aquí recogidas se conforman en contenedores algo más familiares para los terrícolas. Dejaremos atrás la posible infinitud de la realidad, para compartir con vosotros las dos principales hipótesis kormelianas sobre este inmenso contenedor de información que llamamos cosmos.