"Nuestro deseo de saber es nuestra arma para sobrevivir"

Carl Sagan

viernes, 1 de junio de 2012

Almas Perdidas en el Laberinto Cósmico. Tres modelos teóricos de universo según la Antigua Ciencia Kormerliana. Introducción.


“Identificarse con alguna de la teorías fundamentales que tratan de explicar y hacer comprensible la realidad es definirse a uno mismo en lo más esencial, configurando en el proceso, las sendas del intrincado laberinto cósmico en el que todos y cada uno de nosotros vagamos, como almas perdidas entre la duda y la certidumbre, la unidad del continuo y la dualidad del discontinuo, la infinitud de la imaginación y la finitud de las matemáticas, la inmutabilidad del ser y siempre cambiante existir, la eternidad de lo atemporal y lo fugaz del tiempo”
                                                                                                                                              Un exiliado.


A petición de mi compañero exiliado Asmodeus, recojo su testigo filosófico para hablar de la realidad desde un punto de vista más tangible aunque a primera lectura, pueda no parecerlo. Considerando la realidad igual a la suma de toda la información del universo ¿cómo es su verdadera naturaleza, descriptivamente hablando? ¿cuáles son sus principios o fundamentos, físicamente hablando? En Kormelia se barajaban varias posibilidades teóricas, agrupadas en dos grandes corrientes filosófico – científicas. En esta y las próximas dos entradas, trataré de exponerlas de un modo claro y conciso.

¿Es el infinto una caracteristica básica de la realidad?
¿Es la realidad infinita o finita? ¿mutable o inmutable? ¿atemporal o temporal? Es decir ¿la información puede crearse, destruirse, transformarse? ¡Qué preguntas más simples! ¡Qué respuestas más complejas! El sentido común, como expresión del conocimiento adquirido por la experiencia colectiva no tiene dudas al respecto, evidentemente, la realidad es finita, mutable y temporal. Todas las cosas a nuestro alrededor, aún nosotros mismos, se transforman continuamente desde un principio a un final pero ¿qué ocurre si en lugar de pensar en cosas (materia, energía en forma discreta) variamos nuestra perspectiva y tratamos de responder a la pregunta de un modo holístico (toda la materia, toda la energía)? En ese caso, la respuesta ya no es evidente, de hecho, no puede serlo, pues dicha perspectiva está más allá de nuestra experiencia tanto individual como colectiva. Surgen entonces las divergencias de opinión en forma de las distintas creencias ideológicas y religiosas.  La ciencia no es ajena a estas divergencias, no puede serlo aunque les pese a algunos, ya que es también una actividad humana, por tanto, limitada. Así, simplificando,  tenemos “leyes o principios” para tratar con “las cosas” y diversas teorías para tratar con las  creencias. Las citadas “leyes o principios” como la famosa Ley de la Conservación de la Energía, por citar la más relevante, coinciden en sus conclusiones con las de sentido común fruto de nuestra experiencia cotidiana. Por el contrario, teorías como la mecánica cuántica o la relatividad arrojan conclusiones mucho menos coincidentes con aquellas, de hecho, según algunas interpretaciones de las mismas, pueden alcanzarse conclusiones muy distintas. En Kormelia, si bien no se llegó a resolver el enigma al que nos enfrentamos,  éste se elevo a un nuevo y más elevado nivel especulativo. En principio, considerando la realidad en su esencia, esto es como información, parecería no haber lugar a una diferenciación entre la perspectiva  y la escala,  holística y  concreta pero por desgracia, a día de hoy, no podemos afirmar que esto sea cierto. Efectivamente, si todo es información, el análisis de una parte debería ser extensible a la totalidad pero lo que la experiencia y la ciencia  nos demuestran es que el comportamiento y la descripción de las cosas, varía según la perspectiva y escala desde la que realicemos nuestros “experimentos”. No obstante, gracias a está mejor aproximación a la realidad, lo que si nos es posible es “simplificar” nuestras teorías sobre la misma, siendo las dichas teorías capaces de normalizar y describir ámbitos cada vez más globales. 
¿La realidad es continua o discontinua?

Así, en Kormelia, en la cúspide de su desarrollo, antes de la caída, existían tres corrientes o bases teóricas:

1.)    Teorías del Uno o del Continuo. Según éstas, existe una cantidad infinita de información, lo que llevaría aparejado una realidad de naturaleza continua regida por  la tradicional Teoría del Caos. Desde este punto de vista, la realidad sería infinita, inmutable y atemporal. 

2.)    Teorías de la Dualidad o del Discontinuo. Más confortables, humanamente hablando, establecerían lo contrario, una realidad discontinua bajo la  Teoría del Caos Verdadero (Teoría del Discontinuo Infinito) o de la Teoría del Caos (Teoría del Discontinuo Cíclico). Según estas concepciones teóricas, la  realidad sería finita, mutable y temporal.

3.)    Teorías de la Trialidad o del Multiverso. Éstas serían en verdad, una falsa tercera vía que combinarían, en cierta forma, las dos anteriores pero que realmente, deberían considerarse como una forma más compleja de la Teoría del Continuo. En ellas, se definirían unas subrealidades finitas (universos), mutables y temporales, dentro de una realidad infinita (multiverso), inmutable y atemporal.
 
¿Un universo coliflor es posible?
Quiero remarcar que ninguna de estas teorías ha sido probada, de hecho, ni siquiera podemos saber si podrán probarse alguna vez. No obstante, definen el desafío máximo al que puede enfrentarse la conciencia, de cierto nivel, asociada a la inteligencia humana. Con esto doy por terminada esta introducción, en las próximas entradas ahondaré en cada una de las tres  corrientes teóricas presentadas describiendo sus supuestos, fundamentos y conclusiones.

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